Una Vida Dedicada al Arte
Nacida en Belgrado en 1946, Abramović creció en un entorno marcado por la rigidez militar de sus padres y el caos creativo que le ofrecía su abuela. Desde sus primeros días, mostró interés por el arte como una herramienta para explorar el sufrimiento y la resistencia humana. En la década de 1970, irrumpió en la escena artística con obras que usaban su propio cuerpo como lienzo y herramienta para comunicar conceptos radicales, desafiando la percepción del espectador sobre el arte y la vida.
Abramović ha declarado que su cuerpo es su medio principal porque «todo lo que tiene que decir está contenido en él». Esto incluye tanto el dolor físico como el emocional, que son aspectos clave en sus performances. A lo largo de su carrera, ha alcanzado hitos significativos que han redefinido los límites del arte performativo.